La narración estratégica puede ser un antídoto, por ejemplo, contra la deshumanización de las personas inmigrantes que se deriva del racismo y la xenofobia arraigados en las sociedades, también contra los discursos dominantes que buscan validar el despojo de las industrias extractivas y de los que se alinean contra los derechos de las personas LGBTQI+. Las historias influyen en nuestra imaginación y en nuestra comprensión del pasado, del presente y del futuro. Al hacerlo, moldean nuestro contexto sociopolítico.
Cuando preparamos nuestros guiones de video, al escribir un texto o realizar una imagen, un cartel o un mural… las palabras, los personajes y las relaciones entre ellxs expresan una realidad, es una decisión clave el determinar qué mostramos o nombramos y también qué no.
El video es un poderoso vehículo para contar historias. Como herramienta de defensa, el video puede impulsar campañas, profundizar las conexiones y conectar las experiencias humanas con las demandas de cambio.
“Lo primero que hicimos fue un carrusel de herramientas: video, radio, texto y algunas herramientas digitales multimedia. Conocer las posibilidades expresivas de cada lenguaje para poder contar un relato sobre otra mujer desde la mirada de una mujer.” Eloisa Diez
En nuestro trabajo sobre las narrativas en la región nos hemos acompañado de otras organizaciones. En 2015, convocamos a mujeres quisieran contar las historias y resistencias de mujeres defensoras y luchadoras de sus comunidades. Para 2017, ampliamos la convocatoria para visibilizar historias transformadoras de mujeres y personas disidentes de género, siendo protagonistas y produciendo nuestras propias historias. También busca cambiar la forma en la que las mujeres y personas disidentes de género estamos siendo representadas en los medios de comunicación. Este proyecto fue una colaboración entre WITNESS, La Sandía Digital, Luchadoras, SocialTIC, Subversiones y WACC.