Los videos pueden ser decisivos para llamar la atención sobre abusos contra derechos humanos, exigir investigaciones y abogar por el cambio. El material audiovisual también puede servir para algo más: para denunciar abusos y ayudar a que se haga justicia. Sin embargo, la calidad de los videos ciudadanos debe cumplir estándares para servir de prueba ante un tribunal.
La Guía de Video como Evidencia ofrece prácticas que activistas pueden utilizar para aumentar la probabilidad de que sus grabaciones sirvan como prueba en procesos judiciales penales y civiles, en procesos de incidencia y en los medios de comunicación. También pretende ayudar a activistas y abogadxs a colaborar mejor en la captura y recopilación de valiosas pruebas en video.
Junto a las técnicas forenses tradicionales de verificación, se están llevando a cabo más iniciativas basadas en la tecnología para ayudar a mejorar la verificación y la cadena de custodia digital de las grabaciones. Esperando que esto legitime el uso de las imágenes en contextos jurídicos, mediáticos y archivísticos. En WITNESS, destacamos la importancia de que estas iniciativas y metodologías surjan desde las comunidades afectadas e involucradas.
La evidencia en video de violaciones de derechos, además de retos de verificación, también trae cuestionamientos a nuestra ética sobre el uso de videos en torno al consentimiento, el uso de material gráfico, los riesgos para las personas que grabaron los videos y hacia quienes aparecen en el video.