Cracolandia: un problema de salud pública que el estado insiste en tratar con violencia

Por: Vito Ribeiro

La Cracolandia en el barrio Luz, región central de Sao Paulo, es un triste retrato del racismo y de la desigualdad social en la mayor metrópolis de Brasil. Es en esta región que se concentran más de 700 usuarios de crack, conformando una verdadera sociedad paralela dentro de la ciudad.

A pesar de la “guerra contra las drogas” o “epidemia de crack”, expresiones usadas ampliamente por las políticas de represión institucional contra los pobres, lo que se percibe en Sao Paulo, al caminar por las calles del centro de la ciudad, es que la población que vive en la calle ha aumentado visiblemente. Los campamentos en las plazas, debajo de viaductos y familias enteras cocinando en la calle, son un reflejo evidente de la falta de vivienda y empleo. Para donde se mire en el centro de Sao Paulo, en la noche de invierno, se ve a alguna persona refugiada bajo una manta gris.

Según cifras estimadas por el estado, estamos hablando de unas 19 mil personas, que son en realidad refugiadas urbanas. Muchas de ellas provienen de las más variadas zonas de Sao Paulo y del país, también hay personas extranjeras. Disputando cada oportunidad de sobrevivir la dureza del día a día y el frío cortante de la noche, indeseados, humillados y entregados a la suerte en el centro de la metrópolis.

“El problema no es el crack … nadie se vuelve adicto a la primera dosis … el problema es el racismo y la desigualdad social … Brasil vive un apartheid y culpan a las drogas”, dijo el neurocientífico Carl Hart cuando estuvo en Sao Paulo en 2017.

Los policías observan la Plaza de la Pipa repleta de usuarios. Foto: Vito Ribeiro.

Se equivoca quien cree que Cracolandia es un lugar desordenado. Las cosas funcionan con reglas claras de convivencia y seguridad. En grupos menores dentro de la masa de gente, las personas van socializando, intercambiando cosas y servicios, compartiendo y resistiendo. Y construyendo pipas. La fabricación de artefactos para fumar crack es una habilidad especial en esta región. Muchas personas ocupantes de Cracolandia tienen habilidades diversas en construcción, mecánica… así que las pipas se han vuelto cada vez más personificadas y elaboradas.

Artículo académico: “El uso del crack a como es: la pipa, el “bloque” y el usuario.

Organizaciones que trabajan por la salud de las personas usuarias y por la reducción de daños en la cuestión de drogas advierten a las personas que usen sus artefactos personales, para que no haya contagios de hepatitis y tuberculosis. También ofrecen educación sexual y atención psicosocial para acoger a las personas usuarias en sus diversas necesidades.

“Quien no fuma no sabe cómo es” – Relato de usuarios – Video de Ponte Jornalismo, un canal de periodismo en derechos humanos que se especializa en investigar y reportar sobre la violencia de estado, seguridad pública, racismo y género en Brasil. Anteriormente, han documentado en video el abuso policial contra usuarios en Cracolandia.

Todo es relativamente tranquilo en la Plaza de la Pipa, hasta la llegada de la Guardia Civil Metropolitana (GCM), cuando empiezan las revisiones, insultos, agresiones y humillaciones contra los habitantes de la región.

La GCM llega diariamente para escoltar la limpieza que el ayuntamiento realiza tres veces al día, con barrenderos y un camión con chorro de agua y detergente, que literalmente higienizan la región, pero también inundan las calles, haciendo que las personas se sientan tratadas como basura e impidiéndoles ocupar el espacio. En esta acción también se recogen objetos que las personas cargan, y hasta las mantas que usan para hacer sus campamentos.

Los funcionarios del ayuntamiento realizan la limpieza tres veces al día. Foto: Vito Ribeiro.

“La policía alega que sólo recoge mantas de los usuarios que poseen más de una. Porque, según la policía, de esa forma se les impide construir las tiendas que se usan para vender drogas “. Información compartida por L. que es comunicador y actúa denunciando la acción del estado en la región.

Esto es un trato brutal dado por el estado a estas personas, si consideramos que en Sao Paulo la temperatura esta semana llegó a los 10 grados. Con el suelo mojado, sin mantas y tratados como indeseables, cientos de personas amanecieron un día más en la calle.

C, de 35 años, lleva viviendo más de dos años en Cracolandia, declara: “Los guardias llegan para molestar. Golpean, revisan a la gente, después todo vuelve a la normalidad”.

La tensión en este lugar no es generada por la intención del estado de cuidar de los usuarios con una política de salud, sino por la especulación inmobiliaria y la expansión comercial en la región, que a través del proyecto Nova Luz pretende desocupar y demoler inmuebles para conformar un área de interés comercial y empresarial.

El edificio de Porto Seguro, cuyos agentes de seguridad frecuentemente usan el Taeser (pistola de choque), contra usuarios, según testimonios. Foto: Vito Ribeiro.

Empresas como Porto Seguro que están instaladas en esta región, presionan al poder público para que el área sea poco a poco gentrificada y designada a los intereses del capital especulativo inmobiliario.

Canopus Holding, grupo de origen minero ganador de la primera asociación público-privada en viviendas de interés social del país, que se construye en el centro de Sao Paulo.

Resistencia de las organizaciones y movimientos

Movimientos sociales, grupos locales y activistas han actuado de manera constante para denunciar el abuso policial y el racismo estructural del estado, pero también para realizar actividades culturales y de integración, para que las personas se reconozcan como sujetos de derechos, eleven su autoestima y exijan ser respetados en su condición de usuarios.

Foto tomada de la página de Facebook Desentorpecendo a razão.

Video como prueba

En 2017, a raíz de las acciones violentas de la policía en esta región, el Ministerio Público pidió los videos grabados por el drone de la GCM. Estas imágenes están guiando la investigación policial del Ministerio Público y el procedimiento administrativo de la Defensoría. La repercusión de las imágenes publicadas en los medios generó la reubicación de guardias GCM de la región por el propio mandato de la institución. Los videos grabados con celulares también han sido una pieza importante en la documentación y denuncia de los abusos.

El Ministerio Público, la Defensoría Pública y los grupos locales también denunciaron cuando la GCM (que tiene protocolos de “preservación del patrimonio”), actuó fuera de sus atribuciones, como policía militar al revisar a usuarios y atentando contra los principios de la administración pública, lo que configura improvisación administrativa según la Ley 8.429 / 92.

Los grupos de derechos humanos que trabajan en esta región han recibido amenazas y han sido atacados en redes sociales. Esto es una muestra de como la lucha para garantizar los derechos de los usuarios de Cracolandia se enfrenta también al fuerte prejuicio de la sociedad, que en todo momento legitima la acción brutal de la policía.



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