Notas de personas expertas en la documentación de violencia basada en género y/o sexual: juicios basados en evidencia

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Este artículo se publicó originalmente en inglés. Esta nota es parte de la sección recién publicada de la Guía de video como evidencia: Uso del video para respaldar procesos de justicia y rendición de cuentas por la violencia sexual y de género (Por el momento disponible únicamente en inglés). Para descargar la sección completa, haga clic aquí.

por Dorchen A. Leidholdt, Directora Legal, Santuario para Familias y Michelle Kaminsky, Jefa de la Oficina de Violencia Doméstica, Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Kings

Procesos de justicia basados en evidencia

Si podemos procesar a asesinos sin el testimonio de la víctima, ¿por qué no podemos procesar con éxito a los perpetradores de violencia de género sin el testimonio de la víctima?

~ Casey Gwinn, ex abogado de la ciudad de San Diego y presidente y fundador del Centro de Justicia Familiar de San Diego

Para ayudar a explicar por qué creemos que el video es una herramienta particularmente útil para probar los delitos de violencia de género y sexual, y acceder a la justicia para las personas sobrevivientes, tomemos un momento para considerar el enfoque basado en la evidencia que se usa para enjuiciar la violencia doméstica (VD) en los Estados Unidos. Iniciado por el abogado de la ciudad de San Diego Casey Gwinn a mediados de la década de 1980 y posteriormente adoptado por fiscales de VD en los Estados Unidos y muchos otros países de todo el mundo, el enfoque basado en la evidencia para enjuiciar los casos de VD produjo un gran avance en la forma en que lxs fiscales ven y manejan casos de violencia doméstica y tratan con víctimas.

Antes de este momento, lxs fiscales de casos penales que involucraban denuncias de violencia por parte de la pareja íntima dependían en gran medida, a veces exclusivamente, del testimonio de las víctimas para cumplir con su carga de la prueba. Históricamente, lxs fiscales prestaron poca atención a otras formas de evidencia corroborativa, aunque dicha evidencia, como fotografías de las lesiones de las víctimas, evidencia tangible como el camisón ensangrentado de la víctima y el testimonio de testigxs oculares o auditivos de miembros de la familia o vecinxs, no solo fue altamente probatorio, pero a menudo estaba disponible en abundancia en la tramitación de la investigación y el enjuiciamiento penal.

El hecho de que lxs funcionarixs encargadxs de hacer cumplir la ley no reconocieran, reunieran y preservaran pruebas corroborativas tan poderosas, como consecuencia de su falta de reconocimiento de la importancia de los enjuiciamientos de perpetradores de violencia doméstica para la seguridad de las víctimas y la comunidad, llevó al desestimación generalizada de los casos de parejas íntimas acompañados de la culpabilización de las víctimas. La sabiduría común generalizada de las fuerzas del orden y con demasiada frecuencia el público en general en ese momento era que no eran las fuerzas del orden quienes eran responsables de estos enjuiciamientos fallidos, sino las propias víctimas, que estaban demasiado dañadas psicológicamente o no estaban iluminadas para saber lo que era bueno para ellas. . No se reconoció la validez de los temores de las víctimas a las represalias por parte de sus abusadores y la presión masiva que los abusadores y sus familiares, amigos y miembros de la comunidad ejercen sobre las víctimas para disuadir su cooperación con las fuerzas del orden.

Todo esto cambió con el innovador reconocimiento de Casey Gwinn de que, a pesar de la naturaleza privada de la violencia de la pareja íntima, los abusadores a menudo dejan un rastro revelador de evidencia, si tan solo la policía y los fiscales están lo suficientemente motivados y son lo suficientemente inteligentes como para reconocerlo y preservarlo. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley comenzaron a darse cuenta de que colocar el testimonio de las víctimas en el centro de los casos de violencia doméstica no solo es un enfoque contraproducente que con demasiada frecuencia conduce a procesamientos fallidos, sino que es físicamente peligroso y psicológicamente dañino para las víctimas, lo que contribuye a las represalias del abusador, intensifica la dinámica de coacción. control y mayor trauma a las víctimas, que inadvertidamente son puestas en el punto de mira por las fuerzas del orden cuando tienen la carga de probar el caso penal.

Entonces, el enfoque basado en la evidencia para el enjuiciamiento de DV busca eliminar por completo la participación directa de la víctima: la policía y los fiscales se propusieron investigar y documentar a fondo cada caso de manera que pudiera ganarse sin la participación de la víctima. Al estar alerta y construir casos con evidencia que no sea el testimonio de la víctima, como llamadas de emergencia, mensajes de texto, registros médicos, fotografías y videos no testimoniales, los fiscales pueden evitar los riesgos asociados con el testimonio de la víctima y, al mismo tiempo, obtener nuevos beneficios, incluida la redirección. el enfoque del caso directamente en el delincuente en lugar de en la víctima.

El papel del video en los enjuiciamientos basados en evidencia

La evidencia en video puede ser especialmente valiosa. En un caso de Sanctuary for Families ‘, cuando una joven víctima de violencia doméstica que había sido preparada y luego traficada por su abusador se negó a testificar como resultado de la condición de vínculo traumático que él le había inculcado a ella y a su terror genuino hacia él, el fiscal logró probar más allá de toda duda razonable su violencia delictiva contra ella al presentar como prueba el video de una brutal golpiza a la que el abusador sometió a su joven víctima en los pasillos del albergue para personas sin hogar en el que residían.

Durante más de veinte años, la Oficina del Fiscal de Distrito de Brooklyn ha sido líder en la persecución de enjuiciamientos basados en pruebas contra los infractores de violencia doméstica. Las imágenes de videovigilancia, las llamadas telefónicas de la cárcel y las imágenes de la cámara de un oficial de policía en el cuerpo han cambiado el panorama de los enjuiciamientos por DV al permitir que los fiscales avancen sin la participación de las víctimas.

En un caso reciente, una cámara de vigilancia ubicada afuera de un edificio de apartamentos capturó a un abusador golpeando violenta y repetidamente la cabeza de la víctima contra un pavimento de concreto frente a sus dos hijos pequeños. La víctima sufrió una conmoción cerebral grave y estaba demasiado traumatizada y en conflicto para testificar contra su abusador, quien también era el padre de sus hijos. Las imágenes de video permitieron al fiscal negociar una declaración de culpabilidad y, por lo tanto, evitar llamar a la víctima para que testificara en un juicio.

En otro caso, las imágenes de la cámara corporal de un oficial de policía capturaron las secuelas de un asalto DV. La policía, respondiendo a una llamada de emergencia para pedir ayuda, encendió sus cámaras tan pronto como salieron de su automóvil. Las imágenes de la cámara corporal capturaron al abusador corriendo fuera de la casa, agitado mientras la víctima estaba en la puerta principal sangrando y llorando. Estas imágenes también permitieron al fiscal negociar una declaración de culpabilidad y así evitar llamar a la víctima para que testificara en un juicio.

Investigar y buscar justicia y rendición de cuentas por la VSG es una tarea delicada, especialmente cuando están involucradas víctimas y sobrevivientes. Aprender a recopilar y utilizar videos como evidencia para ayudar a probar los delitos de VSG con menor dependencia del testimonio de víctimas y sobrevivientes puede ayudar realmente a mitigar los riesgos potenciales para las sobrevivientes a lo largo de este proceso.

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