“Baleados RNMA”, un caso de video como prueba

Este artículo fue escrito por Leila Lobos

Durante el verano de 2013, se desató una batalla cultural en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Un grupo de artistas había ocupado la Sala Alberdi del Centro Cultural Gral. San Martín, un teatro porteño histórico. Ante la privatización del espacio, lxs artistas defendían la idea de una cultura libre y popular con la realización de talleres gratuitos, obras abiertas y diferentes actividades político-culturales. Sin embargo, el entonces jefe de gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, avanzó contra la propuesta y decidió el desalojo de la sala para cerrarla “por vacaciones”. La respuesta fue resistir la ocupación y realizar un acampe en las puertas del edificio, que duró más de dos meses. Las acciones de resistencia se mantuvieron durante todo el verano hasta que finalmente fue desalojado el 24 de marzo, fecha emblemática donde se recuerda el último golpe de estado cívico, militar y eclesiástico.

Imagen: Fotografía de la Red Nacional de Medios Alternativos -RNMA

Días antes, el 12 de marzo, la Policía Metropolitana intentó desalojar el acampe de la Sala Alberdi, atacando con gases lacrimógenos y armas de fuego a lxs artistas que se manifestaban en defensa de ese espacio cultural. El resultado fueron varixs detenidxs, más de 50 heridxs con distinto tipo de gravedad y tres personas recibieron disparos con balas de plomo, prohibidas por los propios protocolos policiales. Dos de las personas baleadas son comunicadores populares que pertenecían a la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), Germán Darío de los Santos (integrante de DTL!) y Esteban Ruffa (fotógrafo de la Agencia de Noticias ANRed). Con una sola bala, efectivos de la Policía Metropolitana hirieron a ambos comunicadores.

Camino al juicio

Tras la represión, se conformó una asamblea para coordinar el plan de lucha entre lxs artistas de Sala Alberdi, lxs comunicadores de la RNMA y lxs abogadxs de Correpi, una organización política que define su campo de acción dentro de los Derechos Humanos y que se ocupa de combatir las “políticas represivas del Estado”. El objetivo de esta asamblea era llevar a juicio a los responsables materiales y políticos de la represión con balas de plomo, aunque solo se logró con los autores materiales como suele ocurrir en este territorio.

Imagen: Fotografía de la Red Nacional de Medios Alternativos -RNMA

Según explicó para esta nota Germán Darío de los Santos, la coordinación partió de la definición política de que los medios alternativos “nos consideramos parte del pueblo y nos paramos desde ahí para comunicar”. “Antes y después de la represión, ya había un conocimiento desde la gente que sostenía la lucha hacia nosotrxs y viceversa”, agregó y explicó que, “entendiendo que la comunicación alternativa está dentro de las luchas, las resistencias entienden necesaria la comunicación popular para continuar luchando por lo que creen justo”. Lo mismo ocurrió con el equipo técnico-legal que “son compañeres, no son solamente personas doctoradas en leyes sino que son militantes de años y están defendiendo todas las causas populares para defender o para acusar, como en este caso, a la policía y al Estado”, indicó Germán.

En ese sentido, la asamblea se sostuvo hasta el final del juicio y, según Germán, hubo “mucho compañerismo, nadie fue más que nadie y nos acompañamos de igual a igual. Algo que está muy bueno que suceda y muy malo que no. Se fue dando todo en la asamblea, consultando y dando pasos en conjunto en cada una de las instancias para llegar al juicio”.

Imagen: Pieza juicio

La importancia de lo audiovisual en el camino hacia el juicio

Con la asamblea conformada se inició el plan de lucha para lograr enjuiciar a los policías que dispararon. En Argentina, no existe un marco legal sistemático para los documentos audiovisuales. Sin embargo, algunas leyes y decretos hacen referencia al uso de la videograbación y su posible valor probatorio. En ese sentido, la decisión de la asamblea fue ir por las pruebas en video ya que el formato permite obtener una imagen y sonido en una línea continua lo que permite comenzar a identificar a heridas, agresorxs, disparos, etc. De todas maneras, el material fotográfico y sonoro permite complementar el registro audiovisual.

El primer paso fue entonces la recolección de material audiovisual del día de la represión. En una primera instancia se trabajó con otrxs comunicadorxs de medios alternativos que estaban en el lugar cubriendo y con el registro de manifestantes que también grabaron con sus celulares. Luego, se realizó una convocatoria pública para que las personas que hayan presenciado y grabado la represión envíen su material, en este caso, se utilizó los propios medios alternativos para difundir el pedido.

En este punto, Germán comparte un aprendizaje que quedó de esta experiencia: “Nosotrxs no pudimos prever la violencia estatal que se ejerció ese día, pero se puede prever. Entendería que si se sabe dónde mayormente transcurren los lugares de expresión de protesta o de marchas, es mucho mejor porque se puede establecer una forma de registrar desde cámaras compañeras, lo que ya se pueda presumir que va a suceder. Así como también se pueden hacer recorridas previas sabiendo cuáles son las cámaras que están en el lugar donde creemos que va a pasar algo. Léase en esta clave: cámaras que registran el tránsito, de seguridad del municipio, distrito, departamento o ciudad donde se esté. También dispositivos de grabación de seguridad urbana, de seguridad de comercios. Todo tipo de registro que ya esté en automático funcionando en el lugar donde se estaría desplegando, como diría una traducción de Gramsci, las fuerzas que estuviesen en juego. Entonces, conocer ese terreno nos va a ayudar a saber dónde buscar la información sea de empresas privadas, de personas particulares, del gobierno u otros entes”.

Una vez recolectado el material, la siguiente tarea fue buscar donde estaban las personas heridas y ubicarlas en tiempo y lugar. Esto se hizo con muchas referencias recolectadas de videos, pero también de fotografías y audios. La mayor precisión se enfocó en el transcurso de dos o tres horas cuando sucedió el momento de los hechos. Para esto, se conformó un equipo que se dedicó a esta tarea en exclusivo.

La construcción del video

Con todo el material recolectado, estamos hablando de horas de visualización, surgió la idea de que “el denominador común de todas esas cámaras que nos podían hacer coincidir el momento preciso del disparo era el sonido”, explicó Germán y detalló: “Partiendo de ese acomodamiento de sincronizar las cámaras con el sonido de la detonación de un disparo podíamos retroceder o avanzar en una línea de tiempo donde podíamos examinar qué hacía cada cámara, hacia dónde iba o de dónde venía, eso nos permitió poder determinar no sólo dónde estábamos las personas que fuimos heridas, sino también también dónde estaban las fuerzas de seguridad, de dónde salió la detonación, a dónde nos impactó y qué fue de nosotres en ese momento”.

En este punto, cabe aclarar que el Poder Judicial (como sucede en otros territorios) a la hora de querer culpabilizar a alguien es probable que mientan y aseguren que la persona no estaba en lugar de los hechos. “Por ejemplo en mi caso el Ministro de Seguridad del momento ponía en duda mi presencia en el lugar donde fui baleado, diciendo que tal vez estaba en Berazategui, que es una localidad a más de 30 kilómetros, ironizando por la falta de pruebas”, explicó Germán sobre su caso. La construcción de este video que lxs coloca en el lugar de los hechos logró desbaratar la primera estrategia del Estado que era deslegitimar la causa con mentiras sobre la participación de lxs heridxs en la manifestación. El video editado por este equipo corroboró que estaban en el lugar, que fueron heridxs, dónde estaba la policía y desde dónde salió el disparo, este último punto de vital importancia para identificar a los oficiales que dispararon.

Con este material, la asamblea decide hacer una conferencia de prensa y presentar el video como el inicio de su investigación:

En Argentina, el Poder Judicial tiene el deber de instruir la investigación y el proceso de la primera instancia de la investigación, y llegar a conclusiones que los jueces después evalúan si da lugar a un juicio o no. “Entendíamos que no podíamos solamente estar a la merced de lo que resulte de la investigación del Poder Judicial, entonces lo tomamos en nuestras manos, presentamos este vídeo en la conferencia donde hicimos saber a la opinión pública que íbamos como querellantes e hicimos una campaña pública difundiendo el material audiovisual”, explicó Germán. Esta conferencia de prensa obligó a que, días después, el Tribunal a cargo pidiera el vídeo realizado. La asamblea, entonces, entregó el video editado pero también todos los crudos que fueron utilizados para que puedan determinar la legitimidad del material. Tras esta presentación, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº7 elevó a juicio e imputó a los policías Gabriel Pereira de la Rosa, Miguel Ledesma y Maximiliano Acosta.

Durante el proceso judicial, el vídeo-investigación fue proyectado en la sala como parte del alegato de la abogada querellante, María del Carmen Verdú. La sistematización del material fue clave una vez comenzado el juicio, como advirtió Germán: “Dentro de los tribunales quedó claro que el trabajo fue contundente, porque el vídeo donde se hizo esa sincronización fue el puntapié inicial. Después es muy importante estar ahí con todo el material. No depender de los tribunales, sino que tener todo muy ordenado porque, lamentablemente, la justicia burguesa es parte de la estructura del enemigo”. Para esto es clave la visualización y sistematización del material, una buena curaduría permite que el equipo a cargo tenga ordenado el material y pueda rápidamente refutar o confirmar los hechos presentados en el juicio.

Sobre la sistematización, en líneas generales y más allá de este caso puntual, es clave mantener el material audiovisual resguardado. Es decir, que exista un backup de todo el material en discos rígidos ubicados en lugares seguros, así como articular con servidores compañeros que puedan alojar el material en caso de querer tenerlo en una nube. En experiencias posteriores a este caso se trabajó con Yanapak, un servidor autogestionado. Los archivos deben permanecer siempre con su nombre original, en pos de mantener la cadena de custodia, y resguardar los metadatos originales que permiten identificar dónde y cuándo se grabó, por ejemplo. La curaduría de material requiere describir y sistematizar la información en un mismo lugar (se suele trabajar con hojas de cálculo), donde se coloca detalles de cada video (nombre del archivo, ubicación, cuándo fue grabado, qué se ve en el vídeo, si existe identificación de policías, si hay violaciones de derechos humanos, entre otros elementos). Esto permitirá que el equipo a cargo comience a tener en claro qué información se tiene.

Otra clave para este momento es el estudio del material y en este punto hay dos cuestiones a destacar que fueron un aprendizaje en este proceso. El primero es que no hay material bueno o malo. “Nosotros nos encontramos con material que no entendíamos muy bien por qué lo habían aportado y después terminamos descubriendo las razones. Desde un montón de puntos de vistas distintos: tomas largas, cortas, a veces imprecisas, a veces con gente tapando la cámara, tomas desde los balcones. Todo suma y depende de las decisiones correctas que podamos tomar empiezan a ser videos útiles”, explicó Germán.

El segundo punto es que ante cada avance de la investigación se vuelva a revisar el material. “Lo que creíamos, en un primer momento, que no tenía validez hay que volver a revisarlo porque al haber una novedad o un cambio o un descubrimiento en la investigación, todo lo que habíamos dado por sentado que no servía es probable que empiece a cobrar sentido o valor”, aseguró Germán. Otro aprendizaje es que hay un constante avanzar y retroceder en el material para no quedarse con el momento preciso del hecho, sino que hay que ir hasta el principio y el final para entender los movimientos de lxs protagonistas ya que hay mucha información en los detalles.

Una última estrategia judicial en relación al video como prueba fue la declaración de todas las personas que habían registrado el material. Se gestionó que las personas que grabaron los videos más importantes se presenten a declarar para que su palabra bajo juramento le dieran veracidad y legitimidad a la prueba. “Lamentablemente, una de las mejores cámaras que registra en una línea de continuidad muy precisa a dos de las personas heridas no quiso atestiguar. Dio sus razones, creemos que no eran creíbles. En ese momento, no estuvo bueno, no nos pareció que una cámara compañera de un militante no aportará a una causa que mucha gente sentía propia. Es uno de los problemas que puede llegar a salir después. Son muchas las tareas y esa es una de ellas, intentar encontrar a esas personas que grabaron, sobre todo en este momento de mucho manejo virtual donde quizás se animen a aportar el material pero luego no se animan a poner el cuerpo en el momento de instancias judiciales”, agregó Germán.

Sentencia y futuros procesos

Finalmente y pese a la contundencia de las pruebas, la sentencia no fue la esperada aunque se logró una condena. Los policías Miguel Ledesma y Maximiliano Acosta fueron absueltos y el oficial Javier de la Rosa fue condenado a la irrisoria pena de 3 años de prisión en suspenso por “abuso de arma”.

Imagen: Fotografía de la Red Nacional de Medios Alternativos -RNMA

Los resultados de la sentencia desestimaron lo pedido por la asamblea, que exigía de 20 a 25 años de cárcel por intento de homicidio calificado agravado por su condición de funcionario público. Además, omitieron que la Policía Metropolitana venía actuando con este modus operandi en numerosas ocasiones, por lo que no fue un hecho aislado. Incluso, uno de los imputados, Gabriel Pereira de la Rosa, relató en el juicio su participación en las represiones del 19 y 20 de diciembre y en los asesinatos en el desalojo del Parque Indoamericano. En ambas situaciones se utilizaron armas de fuego y se dio muerte con escopetas y balas de plomo.

Pese a esta injusta condena, la experiencia acumulada por lxs integrantes y colectivos de la asamblea que llevó adelante esta lucha permitió mejorar la cobertura de represiones así como la grabación de vídeos que sirvan como pruebas en procesos judiciales. También se acumuló conocimiento para la curaduría de material audiovisual posibilitando el inicio de nuevos juicios contra las fuerzas estatales. Aquí, una última clave que dejó esta experiencia: la sistematización de la experiencia y su posterior socialización. Compartir aprendizajes y errores siempre será un momento importante para mantenernos creativos y potenciar las nuevas búsquedas. Y como dice un poema del Comité Invisible: “Probar. Fracasar. Probar de nuevo. Fracasar mejor. Obstinarse. Atacar. Construir.

Tal vez vencer. En cualquier caso, sobreponerse. Seguir nuestro camino. Vivir, pues. Ahora”.

Más información

Historia de la toma de la Sala Alberdi por Barricada TV

Video de la conferencia de prensa de la Sala Alberdi luego del desalojo

Video de la represión Sala Alberdi (ANTV + IndyBsAs)

Documental sobre la Sala Alberdi

Insumo en PDF: “Orientaciones teórico-prácticas para la sistematización de experiencias”

Sobre la autora

Leila Lobos estudió periodismo y el camino la cruzó con el medio alternativo Antena Negra TV, de Argentina, que le permitió convertirse en comunicadora popular. Desde esa barricada, dialoga con organizaciones, medios libres y activistas para construir juntes nuevas narrativas de resistencia. Se especializa en escritura, producción y autocuidado en contexto represivos. Dedica su tiempo y potencia a construir proyectos comunicacionales que aporten a la soberanía de los pueblos.



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