Ojos en la frontera: usando el video para defender los derechos de las personas migrantes

El blog original fue escrito en inglés por Jackie Jackie Zammuto y Palika Makam.

En octubre de 2019, el equipo de WITNESS en los Estados Unidos viajó a Tijuana, México, para capacitar a defensorxs de derechos humanos y abogadxs en el puerto de entrada más activo del mundo. A medida que las políticas draconianas de inmigración de los Estados Unidos impactan a las comunidades en ambos lados de la frontera, el objetivo del viaje era apoyar a las personas defensoras con habilidades y herramientas cruciales para documentar los abusos contra migrantes y solicitantes de asilo que esperan ingresar a los Estados Unidos.

En colaboración con Alma Migrante, una organización de defensa legal sin fines de lucro en Tijuana, realizamos una serie de talleres sobre video como evidencia y video para la incidencia con comunidades directamente afectadas, defensorxs, abogadxs, periodistas, cineastas y otras personas que luchan por los derechos de las personas migrantes en la región.

En los casi tres años desde que Trump asumió el cargo, el sistema de asilo de Estados Unidos ha cambiado notablemente. Desde los “acuerdos” con los países de origen de solicitantes de asilo (principalmente en América Central), la implementación de políticas dañinas en la frontera de Estados Unidos/México, las condiciones pobres y crueles en los centros de detención y el atraso en los tribunales de inmigración: las personas migrantes y solicitantes de asilo enfrentan tremendos abusos de derechos humanos.

Muchos de los cambios en la política y los sistemas de inmigración de Estados Unidos se han realizado de manera silenciosa e incremental. Las personas solicitantes de asilo se ven obligadas a regresar a México mientras esperan sus audiencias de asilo, o se ven obligadas a celebrar sus audiencias en tiendas de campaña secretas en la frontera que no permiten el acceso al público. El objetivo de la administración de los Estados Unidos: si no lo veo, no existe.

Es por eso que el Programa de WITNESS para los Estados Unidos decidió que es crucial encontrarse con personas defensoras de los derechos humanos y abogadas en Tijuana, y compartir nuestro trabajo en migración más allá de la frontera entre Estados Unidos y México. Las políticas de inmigración de Estados Unidos afectan a las comunidades de ambos lados de la frontera, y debemos apoyar a quienes defienden de ambos lados con habilidades y herramientas cruciales para documentar los abusos contra personas migrantes con fines probatorios y de defensa.

En el transcurso de tres días, la gerente del programa de Estados Unidos, Jackie Zammuto, y la coordinadora sénior del programa, Palika Makam, trabajaron con Alma Migrante para capacitar a más de 50 personas de la comunidad defensora de derechos humanos de Tijuana. Nuestros entrenamientos cubrieron:

  • El derecho a grabar funcionarios públicos en México
  • Documentar el abuso contra las personas migrantes por parte de la policía, los funcionarios de inmigración y la Guardia Nacional
  • Usar video como evidencia
  • Los estándares para presentar video como evidencia en la Corte Federal Mexicana
  • Usar el video como herramienta de defensa
  • Seguridad digital
  • Sesión para entrenar entrenadorxs (ToT)

Un video de nuestra capacitación está disponible para que activistas y personas aliadas puedan acceder en persona en Enclave Caracol en Tijuana, México.

También tuvimos la oportunidad de ver directamente la lista de dosificación de asilo. En 2018, Aduanas y la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos comenzaron a limitar la cantidad de solicitantes de asilo que procesaban en los puertos de entrada cada día, lo que obligó a las personas migrantes a esperar en México. Esta práctica se llama “dosificación”. Las personas migrantes que se ven obligadas a esperar en México a menudo no hablan el idioma, no tienen acceso a vivienda, alimentos o servicios legales, ni a ningún medio para ganar dinero. Los refugios se desbordan, como nos dijeron lxs directorxs de refugios migrantes que asistieron a nuestra capacitación. Esto hace que las personas migrantes sean excepcionalmente vulnerables a ser blanco de extorsión, tráfico y violencia estatal en una de las ciudades fronterizas más peligrosas de México.

En Tijuana, las personas migrantes manejan la lista ellas mismas, que superaron los 26,000 nombres en agosto. Las personas “voluntarias” migrantes gritan nombres cada mañana alrededor de las 8 A.M. Este proceso no solo crea dinámicas de poder negativas y a veces abusivas entre las personas migrantes, sino que también permite a los gobiernos de EE. UU. y México eludir sus responsabilidades de proteger a solicitantes de asilo. Ambas partes afirman no estar involucradas en la lista, a pesar de que existe una comunicación clara de los EE. UU. sobre cuántas personas pueden ingresar cada día, y las autoridades mexicanas son responsables de recoger a las personas migrantes cuyos números se llaman y llevarlas a un punto de entrada.

Vimos familias con niñxs pequeñxs que esperaban ansiosamente que se llamaran sus nombres. Vimos sonrisas en los rostros de quienes fueron llamados, y lágrimas y devastación de aquellxs cuyos nombres no eran llamados. Incluso quienes escucharon sus nombres probablemente tendrán que regresar a México para esperar meses para sus audiencias de asilo bajo los nuevos “Protocolos de Protección de Migrantes” de la administración; sus viajes cerca de terminar.

Debido a que hacer un reclamo por la “vía legal” se ha vuelto tan difícil, muchas personas migrantes desesperadas intentan cruzar la frontera sin autorización, una tarea agotadora y peligrosa como vimos con Óscar Alberto Martínez Ramírez y su hija Valeria de 23 meses que se ahogaron en el Río Grande intentando cruzar a principios de este año. Las fotos de sus cuerpos fueron titulares internacionales.

También visitamos el muro fronterizo en el “Parque de la Amistad“, donde observamos a las familias y amigxs que se habían separado reunirse por un breve momento entre los eslabones de la cadena. Una organización comunitaria local organiza la reunión la mayoría de los domingos con la cooperación de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. Las familias y amigxs se entreven mutuamente a través de los agujeros y se dan “abrazos de dedo” mientras agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan.

Nuestras experiencias en Tijuana remarcaron la importancia de utilizar un enfoque holístico para la defensa de derechos en migración, trabajando a través de las fronteras y más allá de la imposición de límites impuestos por el racismo. Las personas defensoras de ambos lados tienen mucho que aprender y compartir entre ellas, y estamos agradecidas de haber experimentado ese flujo de poder e información de primera mano. Fue devastador presenciar el costo humano de las políticas de migración de los Estados Unidos en México, pero también fue inspirador conocer a tantas personas defensoras incansables de los derechos humanos. Las personas defensoras con las que trabajamos han fortalecido nuestro compromiso de exponer los abusos contra las comunidades inmigrantes, arrojar luz sobre historias de lucha y triunfo, y continuar utilizando el video y la tecnología para abogar por los derechos de personas migrantes y solicitantes de asilo.



¿Eres nuev@ en WITNESS? Mantente en contacto.